24 noviembre, 2009

De tu cara vi nacer flores, versos, canciones, animales libres y otras banderas de vida. Quise tocarla, tendí la mano, acaricié el moreno durazno. Tu cuerpo de muchacha tiene pinta de fruta. La juventud y la belleza en ti bailan inseparables, saltan (a mis ojos), visten mis estaciones y tinieblas de color o luz o sangre caliente. Quise tenerte con mente libre, respiración corta y profunda, con roce, con quejidos y palabras tiernas. Lo encontré, me parece. O lo imaginé, pero no importa. Ya he tenido sueños más reales que días.
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