23 mayo, 2010

Quizás porque sus palabras hablan de viajes y exilios y de costumbres que siendo suyas también son mías, quizás porque me tiran tanta belleza y tanto misterio en la cara, misterios de pozo hondo, de niebla, de niebla. Quizás porque a cada página me nace una risa o una lágrima o una duda o la sensación de sentirme maravillosamente engañado. Quizás porque jugar sea lo que nos quede, viejo.
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