Había un cuerpo bajo la llovizna. Había niebla y humo de cigarros y respiraciones. Había las mujeras de negro pasando por la vereda y sobre los ladrillos de vidrio del suelo. Había los viejos edificios. Había un café, una tostada, un té. Queso y manteca y pan. Había un vientito frío. Había un señor y su gabardina comprando un periódico y un alfajor. Había un centenar de palomas cobijándose. Había una niña con su madre de paraguas en mano en la plaza. Había un cuerpo bajo la llovizna. Y cuando José se dio cuenta que había un cuerpo bajo la llovizna paró de pronto.

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Gosto de ti assim, com açúcar e com afeto, desse jeito morno sob a coberta que me faz a mais preguiçosa das criaturas numa tarde de sábado com chuva.

Pelo menos hoje eu queria ter aquela sensação inocente de que tudo isso vai ser pra sempre e então eu iria te encher de beijinhos no cinema te levar pra passear e fazer torradas na tua cozinha.

Depois de 4 anos e alguns meses de namoro o que sobrou foi isso:

¿Qué diría Dios?